La carrera profesional, cuyo desarrollo es un mandato expreso recogido en la LOPS, ley de 2003, fue acogida con satisfacción por los médicos porque al fin llegaba un mecanismo a través del cual se les podía reconocer la excelencia profesional y el desempeño realizado durante años en el sistema público. El año 2010 era el fijado para rematar con su implantación en la mayoría de las comunidades autónomas, y sin embargo ha sido el año, por lo general, de su paralización por culpa de la crisis económica. El no reconocimiento del salto de grados, pese a que se hayan cumplido los requisitos fijados, o la ausencia de comisiones evaluadoras que lo permitan son dos quejas comunes de los profesionales, que ven cómo del sueño se ha pasado a la pesadilla de la crisis.